Construir una marca consiste en incrementar su valor a ojos del consumidor. Cuanto mayor es el valor percibido por el producto, mayor será también la cantidad que los clientes estarán dispuestos a pagar. Al mismo tiempo, también aumenta la lealtad de los clientes porque a sus ojos el producto deja de ser un simple objeto o servicio para convertirse en un símbolo que define e incluso enriquece su vida.
Incrementar el valor de una marca es una tarea titánica que requiere tiempo, esfuerzo y muchas buenas decisiones. Por otro lado, una estrategia mal implementada puede destruir en poco tiempo lo que hemos tardado años en alcanzar.